TALLERES PARA APODERADOS Y ALUMNOS
Por muchos años se ha considerado que las familias son las únicas responsables de satisfacer las necesidades biológicas, afectivas y de formación valórica de sus hijos, mientras que la escuela ha sido la institución destinada a la satisfacción de sus necesidades intelectuales y académicas. Sin embargo, a partir de múltiples estudios EN EDUCACIÓN, se establece que no se pueden disociar las capacidades formadoras de la familia y la escuela, siendo central el rol de ambas para el desarrollo integral de los/as estudiantes.
ALIANZA FAMILIA ESCUELA
Hablar
de la familia y la escuela es hablar, en primer lugar, de la responsabilidad de
los padres en la educación de sus hijos, y, en segundo lugar, de la necesidad
de una colaboración estrecha entre los padres y los profesores. La
participación de los padres en la educación de los hijos debe ser considerada
esencial y fundamental, pues son ellos los que ponen la primera piedra de ese
importante edificio que marcará el futuro de cada ser humano.
La educación es tarea primordial de la familia, aunque compartida de una manera significativa con la escuela, con el entorno y con el contexto social.
Los tres anillos de formación de la persona son: la familia, la escuela y la sociedad.
Centrándonos en la familia podemos decir que es para el niño el primer transmisor de pautas culturales y su primer agente de socialización. Los primeros responsables de la educación de los niños son los padres, la familia es el primer contexto donde nos ponemos en contacto con el mundo, un mundo particular de cada grupo familiar, que va transmitiendo al niño sus hábitos, sus costumbres, sus pautas de transmisión cultural.
Dentro de la familia se dan las primeras interacciones, se establecen los primeros vínculos emocionales y vivencias con las personas cercanas. Es en este medio donde el niño realiza los aprendizajes sociales básicos que le ayudarán en su relación consigo mismo y con los otros. Poco a poco irá conociendo normas, pautas de actuación y comportamiento humano.
Si la familia es un pilar fundamental para la formación
socio afectiva y moral de sus miembros, lo es también
para su desarrollo académico. Se conoce y valora poco la
enorme influencia que la familia tiene sobre los rendimientos
académicos y sobre la experiencia escolar de sus hijos.
En los últimos años, diversas investigaciones
demuestran la estrecha relación entre la participación y
compromiso de los padres en la educación y los resultados
académicos obtenidos, el mejor comportamiento y la mayor percepción de autoeficacia académica de los alumnos. La
participación activa de los padres en la educación de sus
hijos es garantía de buenos resultados académicos (Ballen
& Moles, 1994; Eurydice, 1997; CIDE – UNICEF, 2000; Akinlolu,
2002).
A partir de diversas investigaciones revisadas es posible
distinguir tres áreas clave dependientes de las familias que
afectan poderosamente el éxito escolar de los niños:
LA ACTITUD Y CONDUCTA DE LOS PADRES FRENTE AL APRENDIZAJE
LOS RECURSOS RELACIONADOS CON EL APRENDIZAJE
CLIMA FAMILIAR Y ESTILOS DE CRIANZA
Para que la relación entre familia y escuela sea efectiva, se debe lograr integrar a la familia como parte esencial del proceso educativo. La escuela comparte con la familia la labor de educar, completando y ampliando sus experiencias formativas. Conseguir que la educación sea eficaz depende totalmente de una unidad de criterios educativos en casa y en la escuela. Y para conseguir ese fin es necesario la comunicación y coordinación entre los padres y los profesores.
Por ello los profesores necesitan no sólo la información que puedan aportar los padres relativa a sus hijos para conocerlos, sino que además va a ser muy importante su colaboración para hacerles partícipes de la educación escolar de sus hijos, esto repercutirá notablemente sobre su personalidad así como lo que aprendan en el seno familiar va a repercutir en sus comportamientos en la escuela.
Al constatar que el trabajo de los profesores y el
de los padres persigue el mismo objetivo: educar de manera
integral a los alumnos, resulta indudable la necesidad de unir
esfuerzos y actuar de manera conjunta, formando así una
estrecha alianza.
Lamentablemente, en las últimas décadas por
diversos factores, la familia se autoexilió del proceso educativo de sus niños,
lo cual ha provocado una pérdida de sus habilidades parentales y una
disminución del vínculo padre-hijos y la responsabilidad del proceso se lo ha delegado
a la escuela, provocando graves problemas de rendimiento y conducta de los
niños en ámbito escolar.
En Fundación Familia Educa, estamos comprometidos en reincorporar a la familia al
proceso educativo y lograr que participen de una manera activa, permanente y
sistemática, con la finalidad de aumentar el rendimiento escolar, el desarrollo
de habilidades personales y competencias blandas de los alumnos, para que en el futuro puedan contar
con las herramientas necesarias para desempeñarse de la mejor manera tanto en
el aspecto personal, laboral y académico.
NUESTROS TALLERES Y SEMINARIOS PARA PADRES, APODERADOS Y ALUMNOS
PADRES Y APODERADOS
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